-Sabry! te sentís bien?- grité yo.
- ________ ( ni enterada la niña).
Contentos todos, decidimos salir del lugar e ir a un boliche. Nos repartimos en dos autos y, en el nuestro, como eramos muchos, Sabry se sentó (fue sentada) en las rodillas de Santy ( cumpleañero). Tranquilos, cantando (intentando) ibamos por Av. Libertador cuando, de pronto, alguien recibe un mensaje de texto en su celular:
"Metanle la cabeza a Sabrina adentro del auto que está vomitando todo"

uops!
Frenamos y, mientras Dami (dueño del auto) limpiaba con un trapito las puertas del lado de afuera, Dani, guido y yo intentábamos hacer que Sabry termine de vomitar (sí sí, aun tenía más para dar). En un momento, no recuerdo bien como, los tres nos distrajimos y cuando vuelvo a la escena del crimen, veo a mi amiguita abrazada al poste de luz tirada en el piso ( pero al poste no lo soltaba!). La levantamos como pudimos, pues nadie estaba en condiciones de hacerce el "ER emergencias", nuevamente al auto y marcha al boliche. Claro... todos estábamos convencidos de que este estomaguito no tenía nada ya... ilusos...
LLegamos a destino y, así como bajó del auto... adivinen! Siguió vomitando y pidiendo, entre gritos ahogados y titubeos imprecisos, que la llevemos a casa. Eso hicimos: dos segundos y ya, gracias a la ayuda de Guido, estábamos viajando nuevamente rumbo a Lugano.
El taxista? Un idolo: le puso la franela de babero!
yo:- aguantá que son náuseas, no vas a vomitar.
sa:- parrennn le auuuut. shhhoop vombuandfa (traducción: paren el auto que vomito)
yo:- no, dale.. bancá
después de dos paradas innecesarias (bilis y más bilis) llegamos. Apenas bajó del taxi, mientras yo le pagaba a tan amable caballero, ella se sentó cómodamente en la vereda del edificio en el que vive y no había forma de hacerla arrancar, pese al frío. 20 minutos después, logré que se metiera en su cama con ropa y todo.
cuanto duró la aventura? no habrán sido más de 4 horas...
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